¿Qué hora es?

miércoles, 28 de enero de 2009

Sonambulismo


El sonambulismo es un trastorno del sueño que suele producirse durante la etapa IV del sueño no REM, en el que éste suele acompañarse de determinados movimientos físicos.El niño sonámbulo suele sentarse en la cama con los ojos abiertos y una expresión de admiración o sorpresa o incluso puede salir de la cama sin que haya despliegue de conductas vigorosas ni se recuerde al despertar el contenido de ningún ensueño. Frente al sonambulismo plácido entre los niños, el sonambulismo entre los adultos sí conlleva una conducta problemática, ya que se acompaña con frecuencia de conductas físicas vigorosas o violentas, que pueden producir lesiones a la persona que lo padece. Mientras que el niño sonámbulo no suele recordar ninguno de los sueños que han acompañado al sonambulismo, los adultos sí suelen recordar el contenido de sus ensueños y estos son de naturaleza violenta en muchas ocasiones.
Entre los sonámbulos adultos se repite una temática con frecuencia en los sueños. Suelen ser situaciones en las que se requiere una huida o auxilio inmediato, como bombas a punto de estallar, incendios o edificios a punto de derrumbarse. Estos sueños invitan a un escape inmediato y puede provocar que el adulto salte de la cama de manera abrupta.Es más frecuente entre los niños, que suelen presentar un sonambulismo tranquilo que no acarrea ninguna consecuencia grave para quien lo padece y tiende a disiparse con la edad. El sonambulismo no tiene la misma importancia en los niños que en adultos, ya que en el niño suelen ser transitorios y desaparecen por lo general en la adolescencia. Sin embargo, en el adulto pueden ser indicadores de psicopatología. Además, el sonambulismo del adulto puede tener su origen en un trastorno genético, o sea, hereditario.


Diagnóstico y tratamiento de las Apneas

En la detección de la apnea obstructiva del sueño juega un papel fundamental la pareja del paciente, ya que el enfermo no siempre es consciente de la importancia del problema. Es el acompañante el que observa la existencia de un ronquido estrepitoso, movimientos corporales frecuentes y la observación de frecuentes paradas en la respiración que terminan con un ronquido mayor de lo habitual.

Una vez que se sospecha la existencia de la patología, es conveniente realizar un estudio del sueño que confirme la presencia del trastorno y establezca su severidad con el fin de ofrecer la mejor opción de tratamiento. En casos leves puede bastar con observar ciertas medidas relacionadas con el estilo de vida, como controlar el peso, no consumir alcohol y cambiar la postura durante el sueño.


Aunque actualmente no existe un tratamiento farmacológico eficaz, en situaciones de gravedad el especialista prescribirá una CPAP, que consiste en un generador de presión que transmite a través de una mascarilla nasal una presión continua a la vía aérea superior impidiendo que ésta se colapse. Según los especialistas, esta mascarilla suele tener un efecto rápido haciendo desaparecer los ronquidos nocturnos y la somnolencia durante el día. Este tratamiento no suele tener efectos secundarios graves y en el caso de que éstos aparezcan son transitorios y desaparecen tras las primeras semanas.

Apneas del sueño

El síndrome de apnea del sueño o SAS es, junto con el insomnio, uno de los trastornos nocturnos más frecuentes. Afecta a un 2 a 4 % de la población adulta, fundamentalmente a varones.Consiste en episodios repetidos de obstrucción de la vía aérea superior, con pausas respiratorias, durante el sueño. Estas pausas provocan frecuentes descensos de la oxigenación y despertares transitorios, dando lugar a un sueño interrumpido y poco reparador.
Existen dos tipos de apneas del sueño:

La apnea obstrucitva en la que se produce es una obstaculización en las vías aéreas respiratorias por un crecimiento anormal que sólo está presente durante el sueño.
Las personas cuyos tejidos de la garganta puedan ser muy grande, provocan una resistencia a que el aire pase, lo que ocasiona el ronquido. Si el ronquido avanza, esa obstrucción llega a ser completa y no pasa el aire generando la presencia de estas apneas.
Hay personas que dejan de respirar 20 veces, por hora de sueño, hay quienes dejan de hacerlo 10 veces, eso se considera un problema leve, 20 en promedio es moderado y más de 30 es severo, pues se presentan casos en donde el paciente deja de respirar 100 veces en una hora.

El otro tipo es la apnea central que la apnea central tiene que ver con una disfunción de los centros respiratorios a nivel del sistema nervioso central. En este caso el cerebro no envia señal para que se respire.


En condiciones normales, los músculos de la parte superior de la garganta mantienen este pasaje abierto para permitir el paso del aire hacia los pulmones. Estos músculos usualmente se relajan durante el sueño, pero el espacio permanece lo suficientemente abierto para que continúe el paso del aire. Algunas personas tienen un paso más estrecho y, durante el sueño, la relajación de estos músculos hace que se cierre y, por lo tanto, el aire no puede llegar a los pulmones.
Por razones aún no muy claras, durante el sueño profundo, la respiración puede detenerse por un período de tiempo prolongado (con frecuencia más de 10 segundos) y después de estos períodos de falta de respiración o apneas se presentan intentos precipitados por respirar, los cuales están acompañados por un cambio a una etapa de sueño más ligero. El resultado es un sueño fragmentado no sosegado y que conduce a un exceso de somnolencia diurna.

Testimonio

Buscando información sobre la parálisis del sueño encontré en un foro (http://foros.hispavitas.com/problemas_psicológicos) un fragmento de lo que le sucede durante la parálisis del sueño a una chica llamada Irene, ahí os lo dejo:

" Hola, buscando información sobre algo que me ocurre cada noche acabo de enterarme que se denomina parálisis del sueño. Mi problema es que cada noche (a veces no me ocurre en un par de días) me despierto y de pronto me doy cuenta de que no puedo moverme en absoluto, intento gritar porque comprendo que estoy durmiendo y sólo consigo emitir un ligero gemido que yo oigo perfectamente pero no consigue hacer que me despierte. Durante ese intervalo oigo voces, luces, ruidos, a veces sensación de estar en al aire, flotando, pero tengo completa conciencia de todo esto, de que no puedo moverme de que es un medio sueño y no puedo despertarme del todo. Me da pánico, me aterroriza este hecho, cuando despierto lo recuerdo todo perfectamente y aunque me muero de sueño me da miedo volver a dormirme por lo que me despierto montones y montones de veces durante la noche, inquieta con ideas fijas que no puedo controlar."

Paralisis del sueño

Con parálisis del sueño se referimos al periodo de incapacidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño o cerca del momento de despertar, donde se está físicamente dormido pero mentalmente despierto. Quien lo ha vivido se refiere a él como un episodio espantoso, ya que está despierto y tiene conciencia del medio ambiente, pero es incapaz de mover el cuerpo y los ojos, incluso, cuando se intenta pedir ayuda los ruidos son débiles, como quejidos.
El terror se hace más intenso cuando la parálisis se asocia a alucinaciones, en las cuales se tiene la impresión real de ver luces y escuchar sonidos y voces, de la presencia de seres extraños en la habitación que lo observan detenidamente, presión en el pecho, sofocación, experiencias de flotar fuera del cuerpo o sensación de que se va a morir; sin embargo, no en todos los casos se experimentan fantasías como las señaladas. Lo cierto es que aunque angustiante en el momento, no se trata de un problema de consideración y que los neurólogos refieren que todos lo hemos experimentado por lo menos una vez en la vida. Se define como un trastorno del sueño, entendiendo esto como todo aquello que afecta al funcionamiento óptimo del organismo durante el acto de dormir, e impide la progresión paulatina y sistemática de los distintos periodos que lo conforman. Se considera que la parálisis del sueño ocurre al inicio del sueño MOR en la primera mitad de la noche o en los períodos de ensueños previos al despertar, en la mañana, en el cual la mente está despierta pero la función motora del organismo se encuentra paralizada naturalmente. Su duración promedio es un minuto, pero se han reportado casos en que los episodios se ha prolongado hasta 10 minutos, y terminan tan espontáneamente como surgieron. No obstante, al repetirse con frecuencia pueden desencadenar en el paciente cuadros de ansiedad y depresión. Un reciente estudio que este trastorno afecta a 2 de cada 100 personas,estas sufren de una determinada forma la parálisis del sueño al menos una vez al mes.

La hipersomnia en otras enfermedades

El síndrome de Kleine-Levin es un trastorno infrecuente que cursa con hipersomnia periódica o recurrente y ocurre en adolescentes, con un ligero predominio en varones. Los episodios recurrentes de hipersomnia se acompañan de hiperfagia, agresividad e hipersexualidad y duran días o semanas separadas por intervalos de semanas o meses. Durante los períodos sintomáticos los individuos pueden dormir hasta 18 horas al día y están confusos e irritables el resto del tiempo. La etiología del síndrome se desconoce. Se ha encontrado una asociación con el HLA DQB1. El tratamiento con estimulantes es parcialmente eficaz. Se ha empleado como tratamiento preventivo litio, valproato y carbamacepina con resultados variables. Con el paso del tiempo los episodios se hacen menos frecuentes.


Muchas encefalopatías tóxicas y metabólicas pueden dar hipersomnia y suelen acompañarse de otros síntomas y signos. Lesiones estructurales del sistema nervioso pueden ocasionar hipersomnia, sobre todo si se daña la formación reticular del tronco o las estructuras diencefálicas paramedianas. También se ha visto después de encefalitis o traumatismos. Los pacientes epilépticos pueden tener hipersomnia como consecuencia de los tratamientos. La fragmentación del sueño y la hipersomnia son frecuentes en las demencias degenerativas. Los pacientes con enfermedades neuromusculares pueden desarrollar hipersomnia asociada al síndrome de apneas (centrales o periféricas) o al dolor o al síndrome de piernas inquietas.

En enfermedades psiquiátricas,a pesar de que la mayor parte de los pacientes con depresión sufren insomnio, algunos pueden referir hipersomnia. Se piensa que estos pacientes responden mejor a los inhibidores de la recaptación de la noradrenalina.

Las drogas: numerosos fármacos pueden provocar hipersomnia: sedantes, hipnóticos, antidepresivos, ansiolíticos, antihistamínicos, antiepilépticos, antihipertensivos, neurolépticos, agonistas dopaminérgicos…

La hipersomnia idiopática

La hipersomnia idiopática es un trastorno raro, pobremente definido, que se caracteriza por hipersomnia sin cataplejía o alteración del sueño nocturno. Se piensa que es menos frecuente que la narcolepsia pero es difícil determinar su prevalencia porque se carece de criterios de diagnóstico. Los síntomas comienzan en la adolescencia o edad adulta temprana, entre los 15 y 30 años y hay un aumento progresivo de los síntomas hasta establecerse el síntoma de por vida, con escasos cambios posteriores. La etiología y fisiopatología del trastorno de este trastorno se desconoce. La patología se divide en tres grupos:



La patología se divide en 3 grupos:
En el primer grupo se manifiesta por una historia familiar o por la disfunción del SNA.

En el segundo grupo se produce a raíz de antecedentes de una infección virial, (mononucleosis y neumonía atípica).

En el tercer grupo se produce la fase idiopática.



Los pacientes con hipersomnia idiopática refieren un aumento del tiempo total de sueño (duermen 10 horas o más). Las siestas diurnas son más prolongadas y menos irresistibles que en la narcolepsia y no suelen ser reparadoras. La polisomnografía revela un acortamiento de la latencia de entrada en sueño con arquitectura del sueño normal. El despertar matutino es muy laborioso. También está reducida la latencia media de sueño en el TLSM pero no se ven entradas precoces en sueño REM.

lunes, 26 de enero de 2009

La hipersomnia

La hipersomnia es el síntoma que consiste en un exceso de sueño o somnolencia, y aparece por un déficit de Sueño nocturno y por una tendencia al sueño en situaciones anormales. Estas personas tienen una facilidad excesiva para conciliar el sueño durante el día, en situaciones en que a la mayoría de la gente no le sucedería. Para corroborar su anormalidad es conveniente asegurarse de que aparece en situaciones poco usuales. Es normal dormirse en el sofá a mediodía viendo la televisión. En cambio, cuando uno se duerme conduciendo, trabajando, en el autobús, en el coche al parar en un semáforo, de pie, durante una clase o durante un examen por ejemplo algo no va bien. Generalmente se habla de hipersomnia refiriéndose a la hipersomnia diurna, esto es, la que se padece durante las horas en las que se permanece despierto. Esta suele ser duradera y crónica. La hipersomnia, en sí misma, puede representar un enorme problema a quien la padece, puesto que disminuye el rendimiento intelectual y físico, así como el sexual y puede favorecer la aparición de accidentes laborales o de tráfico.

viernes, 23 de enero de 2009

Más sobre el insomnio

¿A quién afecta?


El insomnio es más frecuente en los ancianos, ya que aproximadamente la mitad de los mayores de 65 años tienen alguna dificultad en el inicio y mantenimiento del sueño, esto podría ser porque llevan una vida relativamente inactiva, o porque duermen más durante el día. Su prevalencia es mayor en las mujeres que en los hombres, en los pacientes con problemas médicos o psiquiátricos y en los consumidores de sustancias de abuso.



¿Cuando debemos acudir a un especialista?



Cuando el insomnio continúa durante al menos tres semanas, después de haber seguido los consejos de una guía. Cuando la ansiedad, la depresión o el estrés persisten durante un largo periodo de tiempo sin una causa real que permita entender este estado. Cuando el insomnio repercute en un estado de somnolencia diurna que afecta seriamente a la actividad diaria normal, tanto en el trabajo como en tus relaciones sociales y familiares. Si durante el sueño tienes dificultad para respirar o tienes molestias persistentes, como por ejemplo rampas que no te dejan dormir. Si te desorientas fácilmente o tienes vacíos de memoria frecuentes.


Causas y tipos de insomnio

El insomnio es un trastorno del sueño que puede tener diversas causas pero que si se agudiza, requiere tratamiento médico. Este es un fenómeno bastante habitual en las situaciones de estrés. En situaciones de tensión, ante un peligro, cuando estamos enfadados o tenemos miedo, el sistema nervioso entra en un estado de alerta, que genera irritabilidad y, momentáneamente, aumenta el nivel de ansiedad. Ambas situaciones son desencadenantes de un estado físico que no favorece la relajación necesaria para un sueño restaurador.La Depresión es un trastorno muy frecuente que se caracteriza por una perturbación del estado de ánimo, el insomnio es una de sus primeros síntomas. Enfermedades, muchas enfermedades tan comunes como las migrañas, artrosis, una ulcera pueden dificultar o no dejar dormir. Los efectos secundarios de sustancias psicoactivas tales como café alcohol etc. Factores ambientales como el ruido, el calor o el cambio del lugar en donde dormimos puede afectar a conciliar el sueño adecuadamente.



Dentro del insomnio existen distintas clasificaciones del insomnio, segundo su duración segundo su severidad o segundo su forma de presentarse.

*Segundo su duración puede distinguir entre:
El insomnio transitorio o agudo, con una duración inferior a cuatro semanas.
El insomnio a corto plazo o subagudo, con una duración superior a las cuatro semanas pero en un periodo entre tres y seis meses.
El insomnio a largo plazo o crónico con una duración superior a los seis meses.

*Segundo su severidad distinguimos:
El insomnio leve o ligero, el paciente la sufre de forma muy leve sin afectar a su calidad de vida.
El insomnio moderado, en este caso la calidad de vida del paciente se ve más afectada.
El insomnio severo, el estado de la calidad del sueño del paciente esta muy deteriorado.

*Segundo la forma de presentarse diferenciamos entre:
El insomnio inicial, en el que se produce la alteración del sueño al comenzar a conciliar el sueño.
El insomnio medio afecta al paciente cuando ya lleva un tiempo a dormir.
El insomnio de despertar precoz, también conocido como insomnio matinal en el que el paciente se despierta antes de finalizar la noche.



¿Qué es el insomnio?

Solo los que sufren insomnio noche tras noche saben lo desesperante que puede ser querer dormir y no poder. Entrar en un estado irritable, al día siguiente sentir como si tuviese una resaca, no sentirse lúcido y no rendir en el trabajo o estudios. Y parece ser como un círculo vicioso. Cuanto más se necesita dormir, más dificultad se tiene.
Con el término insomnio nos referimos a la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o bien la falta de sueño reparador. Este es el trastorno del sueño más frecuente y de mayor repercusión socio-sanitaria. No debe considerarse como insomnio el dormir poco tiempo si la calidad del sueño es buena y este no afecta a la actividad ni al estado de alerta diurnos.

Según la O.M.S. (Organización mundial para la Salud), para establecer el diagnóstico de insomnio, deben considerarse esenciales los siguientes rasgos clínicos:-Que la alteración se presente por lo menos tres veces a la semana durante al menos un mes.
Que exista una preocupación excesiva, tanto durante el día como por la noche, sobre el hecho de no dormir y sus consecuencias.-Que la calidad o cantidad insatisfactorias del sueño produzcan un malestar general o interfieran con las funciones sociales y ocupaciones del enfermo.


miércoles, 21 de enero de 2009

Posiciones habituales para dormir







El dormir bien por la noche afecta enormemente a cómo la persona se siente. De ahí la importancia de una correcta postura y de unos buenos hábitos de sueño. La postura revela, sin que lo podamos controlar, aspectos de nuestro inconsciente.
En términos general, dormir boca abajo puede dar lugar a problemas digestivos y dormir boca arriba puede originar molestias respiratorias de numerosa índole. En cualquier caso, adoptemos la postura que adoptemos, lo más frecuente es que esa postura se mantenga sin cambios mientras permanecemos dormidos. Se calcula que tan sólo un 5% de la población varía de postura en una misma noche.

Las seis posturas fundamentales a la hora de dormir son las siguientes:

Feto: es la postura mayoritaria y consiste en que la persona se acuesta de lado, con las piernas y los brazos encogidos, como si de un feto se tratase.
Si pertenece al grupo de personas que duermen en postura fetal, debe emplear una almohada suficientemente alta, de manera que la columna quede perfectamente alineada con el cuello y la cabeza, evitando así lesiones o molestias cervicales.

El tronco: es la segunda postura más frecuente, y quienes adoptan esta postura para dormir, se recuestan sobre uno de sus lados y dejan caer los brazos pegados a lo largo del cuerpo. En el caso de los "troncos", es recomendable variar la postura a lo largo de la noche para facilitar el flujo sanguíneo.

El nostálgico: el porcentaje de gente que adopta esta postura es de un 13%, aproximadamente. Esta postura consiste en dormir de lado con los brazos extendidos hacia el frente, en ángulo recto con el cuerpo.

Caída libre: la postura de la caída libre no es excesivamente frecuente. Se trata de una posición poco común que consiste en tumbarse cabeza abajo y extender los brazos alrededor de la almohada, dejando la cabeza a un lado. Se aconseja cambiar de postura durante la noche para evitar posibles problemas de cervicales.

Estrella de mar: constituye el grupo más minoritario. Duermen como una estrella de mar quienes se tumban sobre la espalda con los brazos estirados hacia arriba, rodeando la almohada. Esta postura es poco beneficiosa para las personas obesas o con problemas respiratorios. En este último caso, puede provocar interrupciones del sueño y ronquidos.


sábado, 17 de enero de 2009

El sueño y sus fases

¿Qué es el sueño?

El sueño, en cuanto acto de dormir, es un estado funcional del organismo y especialmente del sistema nervioso, durante el cual el estado de vigilia queda suspendido y la reactividad a los estímulos esta disminuida.


Fases del sueño:

Mediante el electroencefalograma, electrooculograma y el electromiograma se observan las distintas fases del sueño. El registro de estos parámetros electrofisiológicos que se obtienen para definir los estados de sueño y de vigilia se denomina polisomnografía.

En el sueño distinguimos por tanto las siguientes fases:

FASE I: es un estado de transición entre el adormilamiento relajado previo y el sueño ortodoxo. Se caracteriza por lentos movimientos de los ojos y ensoñaciones cortas muy vívidas, en las que se ven imágenes en color y con mucho detalle. Este es el llamado estado HIPNAGÓJICO, palabra que proviene del griego y significa "entrar en el sueño". Fisiológicamente es un paso intermedio entre la vigilia y el sueño, así que podría incluirse dentro del estado de Vigilia, que de este modo se subdividiría en dos fases, la vigilia y la fase I, o somnolencia.

FASE II: es un sueño ya verdadero en el que la actividad mental es dispersa y con pensamientos. En esta fase aparecen unos movimientos llamados complejos k en donde la actividad ocular está ausente.

FASE III y IV: en esta etapa se entra en un sueño más profundo, llamado sueño DELTA. Se bloquean los estímulos sensoriales y hay una pérdida e conciencia. En esta fase no se sueña, se produce un mayor descanso y el ritmo respiratorio y la tensión arterial disminuye. Es en esta fase del sueño cuando se da esa extraña sensación en la que de repente sentimos que nos caemos, y nos despertamos muy sobresaltados, femnomeno llamado Mioclonias. También es aquí donde se produce el sonambulismo, las pesadillas.

Sueño o Fase REM: a este tipo de sueño se le conoce con varios nombres como sueño rápido, sueño REM, sueño activo, fase de movimientos oculares, suño arcaico o sueño romboencefálico. El cerebro segrega ciertas sustancias que provocan una cierta parálisis en la persona. Esta parálisis no es total, puesto que se producen movimientos musculares irregulares, y sobre todo, lo que da nombre a la fase, movimientos oculares. s de las más interesantes puesto que en ella tenemos una relajación muscular casi total, y una actividad mental similar a la que tenemos cuando estamos despiertos. Por norma general, en esta fase es donde soñamos.


viernes, 16 de enero de 2009

El sueño infantil


El sueño corresponde a un mecanismo fisiológico bastante preciso y su evolución va ligada a la
maduración y actividad eléctrica cerebral. La conducta para conciliar el sueño o durante éste es variable para cada niño. No todos los niños tienen iguales hábitos de sueño.
Entre niños sanos habrá algunos dormilones y otros que duermen poco, algunos lo harán de manera tranquila y otros estarán inquietos. A pesar que existen patrones del sueño característicos para cada etapa del desarrollo infantil, no debemos olvidar que cada niño tiene su individualidad respecto al sueño. Cada niño se adapta a su medio y éste le crea unos hábitos.

Entre los tres meses y dos años, el sueño es más profundo que en el primer trimestre.
El adormecerse luego de las comidas es menos frecuente y el despertar depende menos del hambre. De esta manera los lactantes entre los 6 y 16 meses pueden dormir toda la noche.Entre los 16 y los 25 meses ocurren perturbaciones pasajeras del sueño, sobre todo cuando la madre está ausente o el bebé se encuentra bajo un malestar físico o emocional. En esta etapa el niño puede presentar dificultad para irse a dormir o puede despertar agitado, gritando y llorando como si algo terrible hubiese sucedido. Ir a dormir a esa edad puede estar asociado con el sentimiento de separación de la madre. Contar un cuento o entonar una canción de cuna, ayudará al niño a conciliar el sueño, en cambio no es conveniente llevarlo a dormir a la cama junto con los padres ya que esto creará un hábito que luego resulta difícil de erradicar.

Según estudios realizados, el promedio de horas (día y noche) que duerme un niño de acuerdo a su edad es la siguiente:

1 año o menos - 14 horas
2 a 5 años - 12 horas
6 a 10 años - 11 horas
11 a 16 años - 9 horas.


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PELIGROS DE NO DORMIR BIEN APNEAS DEL SUEÑO LA NARCOLEPSIA